Camino de oración
No hay que exagerar
-¿Me siento en PAZ para ir hoy al trabajo…?
Mmmm… no estoy muy seguro… Bah, tiene que ser un impulso emotivo, no una obligación…
Si piensas así cuando te levantas, podría ser que cuando te acuestes tu patrón siga tu ejemplo:
-No sé si tengo GANAS de darle su salario este mes… no me apetece…
No me siento en PAZ para hacerlo…
¿”Atajo”?
Suelo pasar por atajos cuando voy a mi taller por el bosque, ¡y resulta un poco raro porque vivo justo en el piso de arriba! sin embargo, realmente es un ahorro de tiempo (¡cuando no me pierdo!), porque allí tengo una cita cotidiana con Dios (¿a menos que sea a la inversa…?)
“Perder” tiempo en lo esencial, es ganarlo.
Puede que los días de mis impulsos sean de un tempestuoso tiránico o relajados, eso no cambia nada, ellos no son los que mandan (¿¡vale!? ya pero… lo recalco porque se diría que ellos no están al tanto…)
¡Stop religión!
Por el camino, en un momento de descuido, a veces le lanzo un montónde frases vacías:
-¡Gracias te sean dadas! ¡Oooooh Dios mío!
(¿Y qué sentido tiene ese “oooooh” tan largo?)
(¡Puaj! ¡imaginen que alguien les habla así, es patético! Él merece algo mejor que eso…
Yo no estoy aquí para hacer mis deberes de oración,
Sino para buscar sinceramente a Dios (sí, suelo perderle de vista).
Hola … ¿hay alguien?
Camino a través de una pradera con ese sentimiento algo ridículo de estar hablando solo…
Sin embargo, Jesús ha dicho: “creed en mí…”
Y no: “sentid algo en mí…”
…Vale, elijo creer.
Entonces, le hablo con convicción de la mayor de mis preocupaciones:
¡oh Dios mío! ¡No consigo que acepten mis cómics en los centros comerciales! todos esos encargados que me dicen no sin cesar (¡porque además hablo de ti!).
(¡Ese era mi desafío! antes me parecía que no podía haberlos peores …
-Señor tengo muros delante de mí…
¡Dame un carro con un quitanieves* delante (*es una cosa suiza, ustedes no pueden entenderlo…) para que pueda romperlos!
Mis oraciones están acompañadas de grandes gestos a la italiana (¡de lejos alguien podría pensar que me están atacando las avispas!). Al volver a casa, me recibe Donfulanodetal (ese no es su verdadero nombre).
¿Pero quién es Donfulanodetal?
Arrastrado por el río del mundo hasta la apertura de las puertas, me deslizo fuera de la iglesia. Allí, escondido detrás de algunos fieles en modo conversación banal, me cruzo con la mirada de un desconocido.
Inmediatamente percibo en sus ojos que estos ya se han cruzado con los de Dios. Intrigado, me acerco y le pregunto:
-¿Pero tú quién eres?
– Vengo de Ginebra, en este momento estoy trabajando en una granja de la región, pero allí no me recibieron muy bien… Es muy duro para mí…
-¿Ah sí? Bueno entonces ven a vivir con nosotros si te apetece (y se quedó dos semanas…).
Tiene una gran barba y un físico imponente
(su enorme barriga le sienta bien)
Él, cuando ora, se contenta con hundirse en un sillón y puede pasar allí horas y horas inmóvil …
¡¡¡Cuando Donfulanodetal me abre la puerta de entrada, recibo una enorme bocanada de presencia de Dios en la cara, es casi físico, como una nube!!! Con la cabeza a través de la puerta entreabierta, Donfulanodetal con su calma habitual me mira y me dice:
-¡Eh Alain, Estaba orando por ti y te he visto en una visión! ¡¡¡estabas en un carro que llevaba delante un quitanieves y rompías todos los muros que tenías por delante!!!
(¡Increíble! ¡¿ha recibido un fax o qué?!
¡Oye… Señor si le cuentas a todo el mundo lo que nos hablamos, ya no te digo nada más…!)
Cuando le hablas a Dios (estoy hablando del de la Biblia, es el único que tengo), hay alguien que realmente está escuchando… lo sientas o no…
Como muchos, estoy pasando en este momento por una tormenta, y el estruendo de esta me impide oír correctamente Su voz… Pero la historia que he vivido me lo recuerda:
Él escucha…
Él no dejará que el que confía en Él caiga más abajo que en su mano.