¿Quién es ese tipo?
Con motivo de la fiesta de la Pascua (cumpleaños de los conejitos), mis padres me dejaron quedarme con ellos hasta tarde, porque iban a pasar por la tele
una película especial:
¡la historia de un rey de otro mundo que tenía unos increíbles poderes mágicos!
Era discreto, modesto… y, aunque no sonreía
nunca, amaba sinceramente a los más desechados y vivía entre ellos (hablo de las gentes rechazadas por la sociedad).
Los amaba tanto que todos sus milagros eran
para ellos.
- ¿Pero … pero quién es ese tipo?
Y mi padre añade:
- Y además es una historia real…
- ¡¿Cómo?!¡ Nunca había oído algo parecido! ¿Por qué
nunca se habla de… de ese Jesús?
¡¿Qué clase de mundo es este?!
El pueblo podía votar o por Barrabás, un asesino de pies apestosos, o por Jesús. Los malos (por oscuras
razones políticas) habían convencido a la gente para que gritara:
- ¡Barrabás, Barrabás!
Los que gritaban el nombre de Jesús eran muy pocos.
Solo su mamá, dos o tres colegas y… yo, de pie sobre el
sillón, saltando y gritando con ellos:
- ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!
Mi Padre:
- ¡Eh, eh! ¡Qué solo es una película!
Después sucedió algo impensable: ganó Barrabás …
¿Pero en qué clase de mundo vivo? ¿Cómo se puede
condenar a alguien de manera tan injusta? Me resultó insoportable ver cómo le golpeaban, escupían, insultaban, maltrataban, le hacían cargar con aquel madero en forma de cruz… a Él, que había sido tan bueno con toda aquella gente…
¡Le clavaron encima!
¡Espera, oh, no! ¡¡No puede ser!!
¡Con sus poderes , le habría bastado un soplo para exterminarlos a todos de la superficie de la tierra para siempre! … pero, en vez de eso le suplicó a su papá, cierto “Dios” (¿Y ahora, quién es ese?) :
- “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Aquello era demasiado para mí. Como yo estaba llorando su muerte a lágrima viva, mi padre le quitó importancia al asunto:
- ¡Bah, de todas formas, después… resucita!
¿¡Cómo!? pero nadie puede volver a la vida…
Estaba horrorizado.
Unos cuantos años más tarde, siendo un joven adolescente, me encontré unos cómics cristianos (En francés www.tournesol.ch) durante una recogida de papel usado. Y fue al leerlos, con lágrimas, cuando comprendí que Jesús había sufrido voluntariamente la cruz…
por amor a nosotros… por mí.
Por ellos…
Hace ya más de veinte años que creo cómics ( que participo en espectáculos y otras tonterías) para, a mi vez, compartir el mensaje. Es un camino difícil, acompañado de alegrías pero también de burlas y de privaciones…
Y, cuando tengo ganas de bajar los brazos, me armo de valor recordando a las dos personas para las que hago todo esto: ese niño pequeño sentado en un sillón, una noche de Pascua, que le habría encantado saber tantas cosas …
…y su Dios, que le habría encantado decírselas.