¡EL SEÑOR DE LAS ESTACIONES (Tercera parte)

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Línea de lleg.. ¡de salida!

La obra misionera en cuestión es un enorme terreno rodeado de césped por todas partes. Es un poco como si hubiesen querido poner esa moqueta omnipresente en el interior, también en el exterior. Pero también hay estanques artificiales y árboles rodeados de flores con tanto cuidado que se diría que algo choca con la realidad. Un bosque privado lujurioso rodea las oficinas, que también están cuidadosamente situadas en un edificio que parece tallado en una roca. Me siento como si fuera un emisario de Europa que viene a solicitar refuerzos al ejército de los Estados Unidos. En algunos minutos, llegaré tarde a la cita…

Antes de penetrar en el territorio feudal, hay que atravesar una barrera con unos guardias que nos piden nuestros papeles. ¿Realmente me están esperando en un lugar como éste? el vigilante aclara sus últimas dudas al mismo tiempo que levanta la barrera. El camino está tan limpio que se diría que acaba de ser dibujado para un libro de cuentos y leyendas de niños. Una delegación encorbatada me espera a la entrada y me acoge cual equipo técnico de un piloto de fórmula uno. Me indican los WC, me dan palmaditas en el hombro, se compadecen de mis desventuras.

Las paredes de los baños son tan lujosas que a uno le remuerde la conciencia cuando hace aguas menores allí (es casi como si uno hiciera sus necesidades en el frutero del salón). Para el pequeño suizo que soy, aquí todo es desmesurado, pero me niego categóricamente a juzgar lo que veo, estoy justo en otra dimensión con otras reglas. Meto mi cabeza bajo el agua del grifo para borrar las últimas señales de cansancio. ¡Es la hora! Como por arte de magia, me encuentro sobre una estrada. El público me observa fijamente, curiosos por escuchar lo que este completo desconocido ha venido a decirles… (A menos que me estén mirando porque todavía me está cayendo agua por la cara).

 

Primera cita

Tengo un vocabulario muy pobre en inglés, pero lo comparto de buen corazón, de todas maneras, este es el que utilizo para hablar. Lo que les comparto tiene el efecto de una llave que me da acceso a sus corazones. La emoción se lee en sus rostros. Desde ahora en adelante, cada vez que me cruce con alguien de ese mundo tan cerrado, me reconocerá como aquel pequeño tipo al que Jesús encontró gracias a un cómic cristiano tirado en el cubo de la basura…

 

Testimonio de K.

Cuando termino, un respetable anciano se sienta a mi mesa y comparte conmigo su testimonio:
– yo era drogadicto, perdido en Nueva York y, como tú, no tenía nada al principio pero me he encontrado con Jesús en un centro de desintoxicación. cuando llamé por teléfono a mi padre, un judío practicante, para decírselo, lloró. Mi madre le tomó el teléfono y me dijo:
– Tu padre no llora de tristeza, sino de alegría, porque nosotros también hemos encontrado a Jesús y llevamos orando por ti desde hace mucho tiempo…
Diez años después, me convertí en el director del centro. Reagan, presidente de los Estados Unidos, vino en persona a felicitarnos y a mí, personalmente, por su buen funcionamiento. Me he convertido en uno de los jefes del departamento de ayuda de McDonald. Ahora estoy aquí, compartiendo mis experiencias con mi prójimo…”

 El hombre me da un toque en el hombro y se va. Me enteraré después de que es uno de los jefes más importantes del lugar, que su presencia, ese día, es excepcional y que después de haberme oído, le mandó un mensaje a los que se reunirían conmigo, para que tomasen en serio mi trabajo.

 

¡Amazing!¡Asome! ¡Wonderful!

¡ que entusiasmo ante mis dibujos! (¡parecía que acababan de ganar todos la lotería!) Todo el mundo parece encantado. ¡El director se ofrece a pagar la semana de hotel!

Después de haber compartido con ellos, me invitan a comer por todas partes, ¡es como si todas las puertas del país se hubieran abierto de par en par! Se habla de hacer una gira en el futuro para que dé mi testimonio y de entrevistas en televisiones, citas con personalidades. ¡El director me pide que le presente ya un boceto del cómic Sin Palabras 2!

 

De regreso a (mi) Tierra

Durante el vuelo de regreso, me parece como si volviera victorioso de una batalla. Tengo la impresión de llevar las maletas llenas de promesas. Pero me siento feliz de volver al taller de mi pequeño país al que amo, porque incluso si tengo que enfrentarme allí a agudos problemas de supervivencia, sin embargo es mi casa, cuya lógica entiendo mejor.

Al poco tiempo la misión me escribe que no van a apoyar mi proyecto de cómic. Pero cuando les pregunto e insisto para saber cuál es el problema, no obtengo ninguna respuesta. Entonces, les digo que si el motivo es financiero, estoy de acuerdo en hacerlo gratuitamente, porque la finalidad de alcanzar a todas esas gentes es más importante que cualquier otra cosa. Pero nadie me responde. Mutismo absoluto…

 

El fracaso

En resumidas cuentas, me encuentro de nuevo en la casilla de salida sin ningún resultado… ¡Aunque yo contaba sinceramente con la intervención de Dios! (?) quizás algo saldrá de esto más tarde…(o no)
Resignado, coloco el libro en un cajón (al lado del proyecto español) y decido volver a otros proyectos. Pero antes de eso… duermo.

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