La oración del roquero

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El nido de los demonios
Estoy con ¨mi¨ banda, en el territorio del festival de rock alternativo. Está poblado de banderas negras con una A en un círculo así como de calaveras  y otras lindezas por el estilo…

Entre el público, un antipático demonio con cabeza de chivo me mira fijamente. Imperturbable, está en el centro de un pentáculo dorado y giran a su alrededor letras cabalísticas chorreando sangre… ¡ Ah, pero qué estoy diciendo, solo se trata del dibujo de una camiseta!
   El tipo que la lleva va ataviado con cadenas de metal colgando hasta el suelo, pantalones rotos por todas partes (ha debido arrancárselo de las manos a unos clientes frenéticos un día de rebajas).
A pesar de eso, parece muy simpático (mucho más que algunos encorbatados con los que me he encontrado en medios conservadores…).

La oración del roquero
    El lado oscuro de la fuerza del mundo invisible señala su presencia concreta en esos estandartes humanos esclavizados  por medio de sueños de libertad inalcanzables. Cegados por las luces efímeras del escenario de una noche, han olvidado a sus despiadados amos y su miseria hasta el punto de negar la existencia de ellos.
   Me arde la sangre, no puedo resignarme a abandonarles a su suerte. Detrás del escenario, mi alma busca la conexión con Dios para que arme mi mano. Si vierte en ella aunque solo sea un suspiro,  haría una carnicería en el infierno. Ajusto la disto de mi guitarra, afino mi corazón… presiento las oraciones de todo un ejército detrás  de nosotros (¡quizás de alguno de ustedes!).
Estoy deseando salir, lanzarme al ruedo a grandes golpes de riff.

La intervención divina 
    Los guerreros que vienen conmigo, bueno… los músicos, también están todos en sus puestos. El grupo que está ahora en el escenario lanza su última canción glorificando la infidelidad sexual en mil posturas difíciles de olvidar.
¡¡¡Justo después nos toca a nosotros!!!
Nuestras primeras canciones son festivas. En el público, un grupo de jóvenes puestos al corriente por las news que pongo en internet, animan el ambiente (¡se les reconoce fácilmente: aparentan ser normales!)
Pero en el momento en que Lilu, nuestra bella cantante (y también mi esposa), presenta una canción solemne, Dios interviene:
Esta canción es una oración…
¡Decir que Dios siempre está aquí es un simple tópico en nuestras iglesias saturadas de la verdad, pero aquí… eso causa el efecto de una bomba! Cuanto más espesas son las tinieblas más visible es la más pequeña luz. Cual una llamada solemne un solo cristalino de guitarra golpea el cielo puro, traspasa la noche de repente silenciosa. Es un momento indescriptible.

Nuestra actuación ha sido muy apreciada por los organizadores. Todos los grupos presentes (sin embargo más conocidos que nosotros) han disfrutado de cinco minutos de entrevista en una emisora de radio libre (un poco pro-anárquica), pero a nosotros nos han concedido más de media hora en antena.

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